miércoles, 5 de octubre de 2011

Ignorancia y falta de decencia

Del nuevo procurador anticorrupción Julio César Arbizú González


Hoy aparecieron en diferentes medios de prensa escrita las expresiones injuriosas que el abogado Julio César Arbizú González, recientemente designado como Procurador Anticorrupción, vertió contra el Cardenal Cipriani y contra la Iglesia: "Si existe demonio debe ser como Cipriani" y "La PUCP no puede pasar a ser un claustro oscurantista. Cipriani y la Iglesia son un lastre para la sociedad moderna, libre y plena".
Respecto a la primera expresión, si el Sr. Arbizú sigue pensando y expresándose de esa manera, corre el riesgo de que le ocurran dos cosas: una, que finalmente compruebe que sí existe el demonio; y, dos, que el demonio no había sido como el Cardenal y que las oraciones del prelado ya no le servirán de nada.
En cuanto a la segunda expresión, como hombre instruído (no digo educado) debe saber que lo moderno no siempre es señal de progreso moral; la prueba la da él mismo: habla con una falta de respeto que antes no podía siquiera pensarse. ¿Sociedad libre? La libertad en una sociedad debe llevar a una convivencia pacífica garantizada por el respeto a las personas; y él demuestra no ser capaz de ello. ¿Sociedad plena? Una sociedad es plena cuando los ciudadanos han entendido que no puede haber un desarrollo completo en el hombre si no se atiende al cuidado de la dimensión religiosa que da sentido a la vida y provee de luces para orientar nuestras acciones morales. El señor Arbizú carece de este conocimiento y de allí su poca altura como persona.
El cargo recibido por el señor Arbizú le queda grande; necesitamos en el gobierno de nuestro país personas decentes, cuya presencia y palabras sean un ejemplo a seguir por los jóvenes que, amando al país, decidan dedicarse a la política o al servicio de su patria desde el gobierno.

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